Todo es energía, lo que ves, lo que tocas, lo que escuchas, lo que hueles, lo que degustas…y lo invisible a nuestros sentidos físicos. Los pensamientos, sentimientos y emociones también son energía, y no reconocen tiempo ni espacio, por lo que “viajan” sin ningún problema por el espacio.

Cuando esos pensamientos, sentimiento y emociones son de naturaleza negativa o de baja vibración, y, más aún, cuando son dirigidos consciente o inconscientemente a una persona, se desencadena lo que se conoce como “Ataque Psíquico”. La sintomatología de un ataque psíquico puede ser tanto objetiva como subjetiva, es decir, puede o no dejar huellas en la materia.
Dentro de esta sintomatología, en el caso de ser subjetiva, puede ocasionar en la persona que ha recibido el ataque síntomas como insomnio, pesadillas, mareos, agotamiento físico y mental, etc. En el caso de la sintomatología objetiva, la persona puede experimentar arañazos, golpes, marcas en el cuerpo, o en el medio en que se desenvuelve.
La disciplina de la Autodefensa y Protección Psíquica ofrece varias técnicas para protegerse de estos ataques (conscientes e inconscientes), desde técnicas generales hasta técnicas avanzadas. Estas técnicas pueden venir del pensamiento esotérico y místico oriental, como de pensamiento esotérico y místico occidental. Por lo que la Autodefensa y Protección Psíquica es una disciplina ecléctica, ya que compila y sintetiza conocimiento espiritual universal.
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