Protección contra energías externas negativas y sintomatología

Paracelso

Desde tiempos inmemoriales el ser humano ha intuido que existe “algo sutil” que rodea a todos los seres vivos y objetos. Según el contexto histórico, se ha denominado al Aura con nombres como; “energía del orgón”, “mummia”, “magnetismo animal”, etc., hasta nuestros días en que al Aura también se le define como campo electromagnético o escudo energético. Estos dos términos son los más utilizados.

La mayoría de las personas asumen que el Aura se relaciona con colores que se pueden visualizar alrededor de las personas para un ojo entrenado o una persona que tenga su visión áurica despierta.

Sin embargo, el Aura es mucho más que colores alrededor de la persona; el Aura también tiene tamaños, formas, patrones y posiciones, que nos indican el estado emocional de esa persona en ese preciso momento.

El descubrimiento de la cámara Kirlian en la década del treinta en el siglo pasado, vino a revolucionar la investigación del Aura, primero en la entonces Europa del Este, y posteriormente se extendió a occidente. En la actualidad la cámara Kirlian aún existe, por supuesto que bajo forma y funcionamiento muy distinto a la primitiva cámara del siglo pasado. Existen técnicas simples que nos pueden ayudar a despertar la visión áurica con la finalidad de acceder a la información energética que la persona está emanando en un determinado momento. El poder observar el Aura solo por verla, no tiene ningún sentido. Debemos aprovechar esta tremenda herramienta para por ejemplo ser más certeros en nuestros diagnósticos si es que somos terapeutas holísticos, es decir, debemos darle un propósito, y no utilizar esta facultad solo por sentirse “superior” a otras personas. Como le dijo el tío Ben a Peter Parker en la película El Hombre Araña I, “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”.


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