Mucho se habla acerca del uso de herramientas mágicas, rituales o ceremoniales en magia. Suele darse por hecho que la ausencia de elementos auxiliares impide absolutamente la manifestación de la magia en la materia. Nada más erróneo, ya que los elementos auxiliares como piedras, inciensos, hierbas, varitas, velas, talismanes, vestimenta ritual, etc., solo nos prestan un servicio de apoyo a nuestros rituales, no son determinantes para su éxito.
Más aún, actúan a nivel de nuestro inconsciente, otorgando la atmósfera necesaria para nuestra comunión con el objetivo mágico. Incluso la invocación de energías “superiores” se puede llevar a cabo perfectamente sin la presencia de elementos auxiliares.
La verdadera magia es mental, se crea, surge y se dirige a voluntad desde el interior del mago o maga. Para ello, la mente del mago o maga debe estar en equilibrio entre lo que se piensa dice, siente y hace. El aspecto emocional juega un aspecto importante en la actividad mágica, ya que las emociones son el catalizador que impulsa la energía necesaria para la manifestación mágica. Emociones en caos = magia en caos, emociones en equilibrio = magia equilibrada.
Los elementos auxiliares son bellos, nos brindan el escenario adecuado para fusionarnos con nuestro objetivo mágico, pero no determinan el éxito de la misma.
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